Todas las mujeres sexualmente activas están propensas a sufrir de alguna infección vaginal, y varias de estas, si no se tratan a tiempo podrían causar infertilidad. Ejemplo de ello es la clamidia.
Esta es la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más frecuente en todo el mundo y el caso de nuestro país no es la excepción. Se estima que solo en Estados Unidos cerca de cuatro millones de personas la padecen cada año.
En la lista de ETS le sigue la gorronea, pues según la Organización Mundial de la Salud, sufren esta enfermedad 47 personas de cada cien mil. El tercer lugar lo ocupa la sífilis que ataca a 30 individuos de cada cien mil habitantes,
Si bien no se tienen cifras al respecto, los especialistas señalan que cerca del 40 por ciento de las infecciones vaginales en Costa Rica, se da como consecuencia de la clamidia.
Sin embargo, este no es un problema exclusivo de las mujeres, los varones también pueden presentar síntomas y perder su capacidad reproductiva.
"Esta enfermedad es producida por una bacteria y se transmite de persona a persona. Hay individuos que no presentan síntomas y algunas de las señas podrían confundirse con otros padecimientos como gorronea o tricomona", explicó el ginecólogo Danilo Medina.
Otro problema que se suma a este mal, es que muchas veces la bacteria Chlamydia actúa acompañada de otras, lo que podría complicar el tratamiento.
Entre los síntomas más frecuentes que presentan las mujeres están: un flujo amarillento o verdoso con mal olor, dolor pélvico, cólicos, fiebre, náuseas o diarreas.
"Las personas deben tener claro que la clamidia no se relaciona con el cáncer de cuello en la matriz, pero sí es importante tratarla a tiempo para evitar complicaciones", agregó el también ginecólogo Francisco Fúster.
En el caso de los varones, como lo explicó el urólogo Rodrigo Cedeño, los síntomas que predominan son molestias y ardor en la uretra, secreción blanquecina y frecuencia urinaria.
Esta enfermedad se da más en mujeres en edad reproductiva, sobretodo entre los 20 y 24 años, aunque todas son susceptibles a contraerla.
Como muchas veces no presenta síntomas, es necesario que aquellos que tienen una vida sexual muy activa asistan al médico cada seis meses para descartar la enfermedad.
Esta bacteria puede atacar, en el caso de las mujeres, las trompas uterinas y el cérvix, esto puede desembocar en trastornos en el tubo reproductivo, causar obstrucciones y generar infertilidad.
En los varones no es menos peligrosa: la infección podría bajar a los testículos y dañar la capacidad reproductiva del individuo, por ello es bueno un tratamiento a tiempo.
Entre los antibióticos más recomendables encontramos la azitromicina. Una sola dosis es suficiente. Aunque en una pareja solo lo padezca una de las dos personas, el compañero también debe tomar el medicamento.
Otras opciones son la citromicina o la oxitetraciclina; sin embargo, estos antibióticos se deben ingerir por lo menos durante siete días.
Una vez que finalice el tratamiento, el paciente debe realizarse de nuevo los exámenes respectivos para estar seguro de que ya no tiene la bacteria. Existe la posibilidad de que la primera vez que se ingieren los medicamentos no surtan efecto, si esto sucede, el tratamiento se readecua.
Para evitar el contagio, los doctores recomiendan, por un lado, la monogamia, y por otro, el uso del preservativo. Tanto para prevenir como para curar, a las mujeres se les aconseja que usen óvulos anticonceptivos porque tienen componentes antibacterianos.
El período de incubación de esta bacteria es de una a dos semanas. Si se tienen sospechas de su presencia o ya se presentan síntomas, lo más conveniente es no tener relaciones sexuales para no contagiar a otros. Además, es necesaria una buena higiene para prevenir más daños.
Si bien es cierto que en la mayoría de los casos esta enfermedad no avisa que está allí, el tratamiento es necesario para prevenir la infertilidad.
Estas son algunas de las enfermedades de transmisión sexual:
Gonorrea: en el caso de los hombres los síntomas aparecen de dos a siete días después de la infección. Produce muchas ganas de orinar y el tejido alrededor del orificio del pene puede hincharse. Las mujeres infectadas no suelen presentar síntomas durante semanas o meses, estos podrían ser: ganas frecuentes de orinar, secreción vaginal, fiebre, dolores pélvicos durante el coito. Suele tratarse con una sola dosis de ceftriaxona intramuscular o una semana de antibióticos orales como doxiciclina.
Sífilis: se transmite a través de la vagina, la boca o la piel. Los síntomas se presentan en varios estadios: el primario, secundario, latente y terciario. Entre las principales señales están una llaga o úlcera en el sitio de la infección (pene, vulva o vagina, labios, lengua, cérvix, etc.). Por lo general se trata con penicilina; según el estadio en que se encuentre así variará la dosis.
Tricomoniasis: Los síntomas son más frecuentes en las mujeres. Se presenta una secreción espumosa verde amarillenta, la vulva puede estar irritada, además, presentan dolor al orinar. Los hombres, por lo general, no presentan síntomas, pero pueden sentir alguna secreción e irritación en la uretra. Una sola dosis de metronidazol oral cura hasta el 95 por ciento de las mujeres infectadas, siempre y cuando sus parejas también reciban tratamiento.
Otras enfermedades de transmisión sexual son la chancroide, granulama inguinal, linfogranuloma venéreo, ladillas, herpes genital, verrugas genitales, molusco contagioso, infección por VIH, sarna, amebiasis, giardiasis, hepatitis B, salmonelosis.
Fuente: Manual Merck de información médica para el hogar.
© 2021 Todos los derechos reservados, cualquier uso requiere autorización expresa y por escrito de Grupo Nación GN S.A.
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